La ubicación estratégica de Astorga motivó el emplazamiento de los conquistadores romanos hace más de dos mil años, primero con un campamento militar de la Legio X Gemina, y después con el establecimiento de la capital administrativa de una de sus demarcaciones: el conventus asturicense. Ello ha dado lugar a una riqueza arqueológica abundante, que refleja la vitalidad económica de la Asturica romana desde el siglo I d.C. a inicios del III.
El fenómeno de las peregrinaciones a Compostela, ya en la Edad Media, proporcionó una recuperación de Astorga como encrucijada de caminos durante los siglos xii y xiii. Fue entonces cuando la construcción de iglesias, monasterios, hospitales y casas de vecindad transformó su urbanismo con el enterramiento de la antigua traza regular de época romana en favor de un crecimiento orgánico, propio de una sociedad medieval. A finales del xv, con la edificación de la catedral se inicia un equilibrio inestable entre la autoridad del obispo y la del marquesado de Astorga.
Pero hasta la segunda mitad del siglo xix, con la llegada del ferrocarril, no comienza el desarrollo de la ciudad actual, que se expande extramuros. Astorga vuelve a ser un trascendental nudo de comunicaciones por carretera, y recupera una vitalidad social y económica que hoy tiene en el turismo uno de sus principales referentes. Bienvenidos.